Teoría Sociológica Clásica II
La concepción feminista
desde Marianne Weber y la teoría de Max Weber.
Introducción.
Para
la historia de la teoría sociológica, la gran figura de Max Weber, representa un hito
que trasciende las épocas y es
referente inevitable en el mundo de la
ciencia social por la calidad de su trabajo, la importancia de sus legados y porque a pesar de haber vivido entre los
siglos XIX y XX sus teorías se aplican a los conflictos de la actualidad, hecho
que lo convierte en clásico. Pero, ¿Con qué frecuencia se analiza lo que hay
detrás de personajes como estos? No sólo su contexto histórico, que sin duda
alguna también es muy interesante, sino el aspecto de sus vidas personales;
¿Qué conflictos existenciales y personales
habría ocurrido paraqué Weber
escribiera ‘’Economía y Sociedad’’? ¿Qué pudo ser aquello que trastocará lo
suficiente en su psyche para lograr
crear un libro tan completo e importante cómo ese?
En otro
ejemplo el caso de Georg Simmel, ¿Qué lo
habrá llevado a determinarse escribir un libro como ‘’Sobre la aventura’’ y
dedicar todo un capítulo sobre la ‘Cultura femenina’ y muchos otros textos
dedicados a los conflictos de género sexual?
Un
ejemplo más contemporáneo, Bourdieu, tal vez un poco influenciado por las tesis
de la dominación de Weber, se enfoca a ‘’La dominación masculina’’. ¿Qué habrá
llamado la atención de este sociólogo francés, sobre el poder predominante del
hombre sobre la mujer, a nivel histórico y francés?
Preguntas
que nos pueden dar idea del camino por el cuál fluyo la ciencia social, que sin
duda alguna, puede tener alguna inspiración subjetiva pero dar resultados
objetivos.
Este
trabajo no pretende divagar en las grandes teorías de personajes como estos, ni hacer una paráfrasis
de las mismas, el objetivo principal es analizar el desarrollo del movimiento feminista
correspondiente a la época de la vida de un matrimonio importante para el
periodo de pre-guerra en Alemania, el
impacto con el desarrollo histórico de este país principalmente y también desde la cosmovisión
de otras figuras públicas importantes, de activistas feministas del momento;
mujeres que al parecer, no cobran suficiente relevancia para la sociología
general.
Ya
que Weber no dedica sus estudios específicamente al problema de la dominación masculina,
la liberación feminista o algo similar a estos puntos nodales sólo se tomará en
cuenta la información que se pueda extraer de su trabajo de: ‘’Sociología de la
dominación’’ y que sea pertinente a este ensayo.
También se presentarán algunos datos históricos que
permitan vislumbrar el contexto en el que vivieron, ya que tiene éste tuvo gran
repercusión en sus vidas y por supuesto, en el movimiento feminista,
no sólo Alemán sino también a nivel mundial.
Contextos Históricos.
Sobre
las fechas exactas del inicio de los movimientos feministas, existen
innumerables discrepancias debido a que algunos datos indican nombres de
importantes activistas, así como de sus tesis y publicaciones a partir del
siglo XIX y otros nos muestran que se tiene información de las primeras
protestas desde los tiempos inmediatos a la revolución francesa. Libros de
historia como ‘Historia Universal’ de Gloria M. Delgado Cantú ubican que los
primeros movimientos reconocidos fueron posteriores al fin de la primera guerra
mundial, en el año de 1918.
‘’Estas organizaciones obreras eran
semejantes a las que se habían formado antes de la guerra, pero una de ellas
constituía una novedad, producto directo del gran conflicto armado: el
movimiento feminista, que surgió como consecuencia de la incorporación de la
mujer al trabajo industrial para suplir la ausencia de los hombres enviados al
frente’’
Sin
embargo pude hallar otro artículo que cita nombres como Mary Wolstonecraft, con
su tesis de ‘’Vindicación de los derechos de la mujer’’ publicado en el año de
1792 y Olimpe de Gouges, quién publica en el año de 1791 ‘’Declaración de los
derechos de la mujer y de la ciudadanía’’. Estos nombres pertenecen a la etapa
denominada: Primer Ola, del feminismo ilustrado y la revolución francesa.
La
historia de este movimiento debe entenderse y categorizarse mediantes periodos
de tiempo indefinidos llamados ‘Olas’ pero que son identificados por su época,
cambios, transformaciones y avances ideológicos. Hasta el momento se pueden
citar tres olas.
No
es imprudente pensar que incluso tiempo antes de la revolución francesa ya se
hayan gestado o manifestado algunos síntomas de ideología feminista, pues la
discriminación y subordinación de la mujer ha existido desde siempre, sólo que los primeros pasos de
la evolución del pensamiento no habrían sido suficientes para trastocar las almas subordinadas del sexo femenino y lograr prender esa mecha que llenará de
valor, a diferencia de los esclavos y trabajadores explotados.
La
segunda Ola es llamada: Feminismo liberal sufragista. Este periodo es de mucha
mayor actividad, más organizado y con mayor impacto a nivel mundial por la
divulgación que alcanzó a hacer eco en distintos puntos del planeta, pero
principalmente en Europa. Además de que el feminismo consiguió mayor número de
adeptas y adeptos también se hizo de múltiples enemigos y férreos opositores,
muchos de ellos tan reconocidos como Hegel, Schopenhauer, Kierkegaard y Nietzsche.
‘’El primero en abordar la
reconceptualización de los sexos fue Hegel, que en la
Fenomenología
del Espíritu explicó
que el destino de las mujeres era la familia y el de
Los varones el Estado y además éste no podían
contradecirse.
Schopenhauer añadió que el sexo
masculino encarna el espíritu, mientras que la
naturaleza es el sexo femenino y que la
continuidad en la naturaleza es la
Característica fundamental en la
naturaleza. Esto es, lo femenino es una estrategia de
La naturaleza para producir ser. ’’
En
esta segunda ola, donde se suscitan hitos históricos sumamente difíciles para
la humanidad, en las primeras décadas del siglo XX, 1914 exactamente comienza
la primera guerra mundial. Puede ser extraño decir que este hecho dio fuerza y
podría incluso afirmarse que fue un trampolín para las feministas, pues al ser
los varones enviados a los ejércitos de combate las mujeres debieron ser
incorporadas al sistema industrial y económico de los países en guerra para
evitar que éstos cayeran en crisis financieras. Esto fue un impacto para las
mujeres, incluso aquellas que no estaban tan apegadas al movimiento feminista, pues el simple acto de poder
incorporarse al trabajo en las fábricas, en las empresas, editoriales, medios
de comunicación etc., el saber que el hogar y la familia ya no eran sólo sus
únicas opciones en la vida, fue una inyección anímica para todas, sin lugar a
duda.
Así
las mujeres, siendo líderes de la economía, comprendieron que debían proteger
sus nuevos puestos y además podían demandar las mismas garantías que les eran
otorgadas a los hombres. Estando en guerra, los gobiernos de los países
debieron otorgar las peticiones que las mujeres demandaban. Así fue como los
primeros objetivos y logros comenzaron a ser conquistados y este fenómeno duró
hasta la época de posguerra de 1945.
Uno
de los recursos utilizados para llamar a las mujeres a integrarse al mercado
industrial y laboral se hizo muy famoso; fue creado por el Westinghouse durante
la segunda guerra mundial. La famosa imagen de ‘Rosie la remachadora’ o por su
título en inglés ‘We can do it’. Lo que intentaban reflejar era que no
necesariamente debían dejar de lado su
feminidad para poder trabajar en las grandes industrias. Esto nos habla de la
tremenda situación de crisis que pasaba Estado Unidos y la necesidad de crear
publicidad de este tipo para atraer a las mujeres a trabajar y evitar la banca
rota de su economía.
Para
las feministas de esta segunda ola, los objetivos eran más complejos que la
lucha de la desigualdad sexual, se anexaron otros tales como, el derecho al
voto, el libre acceso a los estudios superiores, igualdad en derechos civiles,
compartir la patria potestad de los hijos y salarios iguales para los trabajos.
En
el año de 1949, comienza a sonar uno de los nombres actualmente más reconocido
y representativo del feminismo en general: Simone de Beauvoir, con su tesis de
‘’El segundo sexo’’.
Para
cuando terminó la segunda guerra mundial, el movimiento ya había cubierto
muchos objetivos en toda Europa, las mujeres ya estaban totalmente integradas
al mercado laboral, se seguía luchando por la desigualdad y la opresión pero
los algunos gobiernos y medios de comunicación intentaron alejarlas de los
objetivos logrados, se intentó sabotear a las organizaciones feministas de
muchos modos, pero no lo lograron.
La
tercer ola comienza aproximadamente en los años 70’s aunque algunas fuentes
indican que es desde el año 1968. Este tipo de feminismo ya es mucho más
consolidado, con una gran presencia en casi todo el mundo pero también con
varias divisiones dentro del mismo. Betty Friedan es parte de éste, con su
reconocido artículo de ‘’La mística de la
feminidad’’ el cual fue publicado en 1963 pero es algún tiempo después que
cobra una relevante importancia.
Las
divisiones en las que se fragmenta el movimiento inicialmente con dos:
Feminismo liberal y Feminismo radical.
El
primero define la situación de la mujer como una desigualdad frente al varón no
una de subordinación y opresión. Su principal protesta era la exclusión de la
mujer del ámbito público. El segundo era la antítesis del liberal. Dentro de
este mismo radicalismo se fundan dos corrientes, las políticas y las
feministas. Las políticas sostenían que la opresión de la mujer era una
consecuencia del capitalismo, por lo que se consideraban una corriente de
izquierda. Por el contrario las feministas decían que los hombres eran los
beneficiados de esta subordinación y no se consideraban de izquierda ni tenían
tintes políticos. Para este momento que se publican: ‘’Política sexual’’ de Kate
Millet y ‘’La dialéctica de la sexualidad’’
de Sulamit Firestone en 1970.
Años
más tarde en Estados Unidos el feminismo radical evoluciona a ‘feminismo
cultural’ El cuál es una exaltación de lo femenino, por lo que condenan la
heterosexualidad acudiendo al lesbianismo, con el argumento de no contaminar el
género.
Nuestros
autores, Max y Marianne Weber y Georg y Gertrude Simmel viven en la segunda
ola, por lo que es pertinente a este ensayo enfocarnos a partir de este periodo
hasta las consecuencias del mismo, las cuales serán citadas en la conclusión.
Marianne Weber (1870-1954)
Observar
tan sólo el periodo de vida de Marianne nos remite a hacer un rápido
recordatorio de los hechos históricos que formaron parte de su vida y se fueron
anclando en su memoria, aunados a esto el emblemático lugar donde residió.
El
libro que se utilizó para ver la relación de Marianne con el feminismo fue: ‘’Biografía de Max Weber’’ el cuál es de
su autoría. A pesar de que el título nos pueda pre mentalizar a que es un
escrito que se ciñe totalmente a la vida de este sociólogo, deja entrever su
vida en matrimonio y por supuesto su relación con su esposa. En la edición de
este libro (los datos de la bibliografía serán debidamente citados en el
apartado final.) Guenther Roth agrega un apartado que es de suma utilidad para
el ensayo, a partir de él citaremos lo concerniente a Marianne.
Marianne
fue de las primeras universitarias de su generación sin embargo ella y muchas
de sus amigas políticas liberales fueron férreas defensoras de una ética
conservadora y otras mujeres también allegadas a ella decidieron optar por la
‘nueva ética’ (la política de liberación sexual anterior a la Guerra Mundial)
Por
muchas razones afirmo que el feminismo Alemán fue algo muy particular, por
distintas razones, una de ellas, que consideraría la más importante en
comparación, por ejemplo, con el feminismo de los Estados Unidos es que las
alemanas siguieron una estrategia diferente y podría decirse que más efectiva:
‘’ En parte que varias de estas mujeres
fueron hijas o esposas de varones poderosos, el movimiento feminista alemán
siguió casi siempre una línea de cautelosa reforma en lugar de abierto desafío
para conservar el apoyo estratégicamente importante de los hombres’’
En
uno de los trabajos más reconocidos e importantes de Max, ‘Economía y Sociedad’
podemos encontrar que le dedica una buena parte de su estudio a la condición
histórica de la mujer:
‘’El extenso estudio histórico pretendió ser
una introducción para mujeres y hombres no interesados en la estructura lógica,
sino en la significación práctica de las normas legales para la condición de la
mujer: enfoque sociológico que Weber después adoptó para su capítulo sobre el
derecho en Economía y Sociedad’’
Marianne
Weber por su parte, se enfoca en hacer un ataque al sistema del patriarcado.
Para este momento de la historia en Alemania se aprueba un nuevo código civil
en 1900, en donde se conservaban los privilegios del marido sobre la mujer,
mientras que a ella tan sólo se le otorgaban algunos derechos de agencia legal.
Previo a la crítica a este código civil, Marianne se ocupa de analizar muchas
teorías matriarcales comenzando por Bachofen y pasando por Engels.
Para
ella el matrimonio legítimo era el resultado de un largo proceso debido a que
las mujeres tenían la gran preocupación de que sus hijos fueran reconocidos
legítimamente al igual que las esposas mismas; el matrimonio como una garantía
y una forma de protección para ellas mismas. Tan importante era la figura del
matrimonio legítimo como tanto despreciaba el exceso de la misma, es decir que
el marido ejerciera opresión a la esposa, Marianne proponía una igualdad:
‘’Planteemos una vez más nuestro
argumento contra el ideal de
patriarcalismo que hizo nacer nuestras leyes matrimoniales, resumiendo las
consecuencias generales éticas y psicológicas que tienen que resultar para la
mujer y la vida conyugal si el esposo en realidad ejerce su autoridad legal
sobre la persona y la propiedad de ella, haciendo así del predominio del deber,
y sin embargo, a menudo, sin la magnanimidad exigida por Fichte…[La
subordinación] disminuye no sólo la felicidad de la mujer, sino también el
valor ético de la relación conyugal…Si, según el principio de autoridad, los
deseos subjetivos del marido se vuelven órdenes, a la mujer no le queda mucho
que ofrecerle de ‘’amor libre’’. La educación mutua en egoísmo va
desapareciendo, todas esas tareas internas que la vida conyugal renueva
diariamente y que la hacen tan maravillosamente satisfactoria al enfrentarse a
los retos pueden darse, más y más, por sentadas’’
EL
trabajo de esta feminista fue criticado por otro de los más notables sociólogos
de la historia, Emile Durkheim, él centro su crítica en la postura frente a la
familia patriarcal de Marianne. Durkheim dice que el patriarcado no tenía
subordinada a la mujer sino que por el contrario exaltaba la importancia de la
misma por su función en el hogar y que de este modo la ponía en un nivel igual
al hombre. Él estaba de acuerdo con ella en ciertos puntos, pero difería
tajantemente su idea del ‘divorcio por mutuo consentimiento’, argumentaba que
tentaba la unión orgánica de la familia, pero había algo más que el sociólogo no
podía concebir: El individualismo ético de Marianne, que no era más que la
exigencia de igualdad legal en el matrimonio. Según Emile, era una falta de
respeto hacía el ambiente religioso que un hogar inspira.
Personalmente
siempre he creído que argumentos como el que en este caso Durkheim alega,
pierden total sentido y razón de ser dejando toda explicación a lo sagrado,
alejándola del conocimiento científico.
Friedrich
Paulsen, otro de los personajes primordiales del establishment educativo tanto francés y alemán, crítico el
trabajo de Marianne. Paulsen argumentaba:
‘’Así como Durkheim la había considerado
una ‘terrible simplificadora’, Paulsen la consideró impráctica. Concedió que él
no podía prevalecer sobre ella en cuestiones de conciencia, pero apeló al statu
quo, a la buena disposición de la mayoría de las mujeres a subordinarse’’
Esto
respecto a la propuesta de Marianne sobre el derecho de toma de decisiones
tanto para el marido como la esposa, que era lo que Paulsen considerable
inviable, tomando como base algo similar acontecido en el reino de Polonia, de
aquel tiempo.
Al
igual que con el movimiento feminista, que ganaba adeptos y adeptas, que se hizo de muchos
opositores, algunos más radicales que otros, le ocurrió a Marianne. Sus
opositores personales como los antes mencionados Paulsen y Durkheim reconocían
su espíritu moderado pero discrepaban con su ideología de igualdad en el
matrimonio. Es importante indicar que no sólo tuvo tan reconocidos críticos
opositores, también otro sociólogo como Georg Simmel encontró más empatía con
sus ideales, aunque no podría definirse como simpatizante de una posición
ideológica feminista u opositor pues tenía periodos donde parecía estar de
acuerdo y otro donde podía deducirse que estaba en desacuerdo:
´´Como es bien sabido, Simmel
consideraba que ‘la tragedia de la cultura’ se hallaba en el hecho de que la
acumulación general de conocimientos y de artefactos superaba a la capacidad
humana para seguir el ritmo de esta expansión: ‘cultura objetiva’ corría más rápidamente
que la ‘cultura subjetiva’. Así la creatividad del hombre era esencialmente
contraproducente. Simmel aprobaba los esfuerzos de las mujeres modernas por
mejorar su cultura subjetiva. Pero la cultura objetiva era, principalmente,
producto de la externalización varonil, mientras que la cultura femenina estaba
contenida en sí misma. Por tanto, la objetivación de la naturaleza femenina era
una contradicción de términos’’
Pero
a pesar de las contradicciones y bipolaridades de Simmel sobre su postura respecto
al movimiento feminista, los trabajos, ensayos, artículo etc., sobre lo femenino
son de gran relevancia.
Existía
una constante de la que me pude dar cuenta, muchas mujeres que publicaban sus
estudios o artículos acostumbraban poner como firma un pseudónimo y no su
nombre real. Un ejemplo, Gertrude Simmel, las esposa de Georg Simmel, cuyo
seudónimo era ‘Marie Luise Enckendorf. No logré encontrar el porqué de esto en todos
los libros que leí y en la información que recabe, pero deduzco que podría darse
debido al temor por la represión a la que podían hacerse acreedoras por
desafiar los sistemas patriarcales o por ser señaladas y condenadas dentro de
la sociedad, ya que muchas de ellas eran algo similar a una figura pública.
Como
ya se había citado anteriormente el feminismo de Marianne era moderado, pero
este tipo de feminismo no era el único en su época, ya existía también otra
corriente más liberal. Esta podía percibirse encarnada en una de las
reconocidas opositoras de Marianne: Charlotte Perkins Stetson (1860-1935) mejor
conocida como C. P. Gilman. Ella era partidaria de una independencia económica
total. Lo que la señora de Weber refutaba de esta idea era que era imposible
remplazar a la madre que se encarga del hogar por la esposa que trabaja.
Concretamente
a la vida personal y matrimonial de Marianne Weber me ha dejado impactada,
incluso ahora sigo sin entender fue posible lo qué paso en la relación marital
de esta pareja y a pesar de todo esta esposa literalmente abnegada pasará por
alto estos incidentes y amará a su esposo hasta el final de su vida y más allá
del tiempo.
En
este mismo prólogo de la biografía, encontré que Max tuvo una relación extramarital
con una ‘amiga’:
‘’Marianne apenas revela lo que acaso
nunca haya comprendido por completo: el triángulo entre ella, Max y Else
Jaffé-von Richthofen (1874-1973, quién fue su querida ‘amiga fraternal’, pero
también la amante de Max al final mismo de su vida. Marianne tampoco hace
ninguna insinuación del tercer triángulo, entre Max y Alfred Weber (1868-1958,
los perpetuos hermanos rivales, y Else, por cuya atención y afecto competían.
Al final, es la solidaridad de las mujeres entre sí, Helene y Marianne,
Marianne y Else, con otras varias mujeres a los largo de toda una vida de leal
amistad, la que triunfa sobre el dilema ético y la fragilidad humana’’
No
sé si sea una cuestión ética o perdonar para tener nuestra alma en paz, pero
sigo impactada de la fortaleza de esta mujer por haber perdonado de esta manera
y haber cuidado a su marido hasta el final de su vida, haberle sufrido mucho
tiempo después, haber hecho un magnífico trabajo de recopilación de documentos
e información para escribirle su biografía, haber perdonado a la mujer con la
que su esposo la traicionó y además haber entablado una relación amistosa la
cuál fue de importancia trascendental pues Else Jaffé pues ella estuvo a lado
de Marianne cuando Max murió y 34 años más tarde estuvo con ella en sus últimos
momentos de vida.
Lo
que me parece irónico es que Marianne siendo una activa feminista moderada que
veneraba la importancia de la familia, haya vivido la infidelidad de su amado
esposo y no se lo haya incriminado.
Max Weber (1864-1920)
Un teórico
social que dedicó su vida a los aspectos económicos y sociológicos en un
análisis histórico y mundial. Su obra es sumamente extensa y completa, pues
además tenía el ingenio de combinar los aspectos de la economía y sociología
haciendo así un trabajo más complejo. El periodo en el que Max vivió sin duda
alguna tuvo una enorme repercusión en sus trabajos, tal afectación puede
observarse incluso en algunas notas al pie de página de ‘’Economía y Sociedad’
que tiene la especificación de ciertos fragmentos fueron escritos antes de la
primer guerra mundial.
Un
aspecto no deja de llamar mi atención, teniendo en cuenta que su esposa era una
reconocida intelectual de la época simpatizante y activista del movimiento feminista (de postura moderada)
¿cómo no dedicó al menos alguno de sus artículos a este fenómeno? Reflexionando
esta situación, hubiera sido muy interesante que Max sobreviviera con suma
lucidez hasta la década de los 30’s; posiblemente de esa manera hubiera vivido
la incorporación de la mujer al mercado laboral e industrial, debido a la
ausencia de los hombres que estaban en los frentes de batalla, habría podido
estudiar el impacto económico y seguramente habría dedicado alguna tesis al
movimiento feminista.
Dentro
del libro de ‘’Economía y Sociedad’’ está el capítulo de ‘Sociología de la
dominación’ dentro de este mismo hay un apartado el cuál está dedicado a
‘Dominación patriarcal y patrimonial’ de éste serán extraídas algunas citas que
se denotan un poco su posición y definiciones sobre el feminismo y otras que
pueden aplicarse a los preceptos del mismo.
Al
inicio del capítulo de ‘Sociología de la dominación’ se encuentra una breve y
general descripción de dominación:
‘’En su concepto más general, y sin
hacer referencia a ningún contenido concreto, la ‘dominación’ es uno de los más
importantes elementos de la acción comunitaria’’ y
también una cita más adelante que dice: ‘’…la
dominación es un caso especial del poder’’
Esta
definición puede aplicarse al conflicto de los géneros. Desde tiempos muy
remotos en la línea del tiempo la mujer
ha estado en una posición de desventaja frente al hombre, esto se ha
atribuido a la superioridad de la fuerza física y con el paso de los años a
otras situaciones como la inferioridad intelectual, por mencionar un ejemplo.
La inmensa mayoría de los hombres se han aprovechado de esta ‘inferioridad’ y
han mantenido a la mujer doblegada a la dominación masculina. Este es un efecto
que se puede observar en distintas épocas y diferentes sociedades, con algunas
variaciones como tener un poder sobre la mujer, por ejemplo, cuando los padres
deciden con quienes se casarán sus hijas sin importarles la voluntad de ellas.
Son utilizadas como una garantía de una ventaja. Otra variación es la
cosificación de ellas, cuando solamente son vistas como el medio de
reproducción y preservación de su sangre, algo que ejemplifica esto es la época
medieval, Enrique XVIII que fue famoso por la cantidad de esposas y que tuvo,
no por un afecto o cariño sino por las búsqueda de una mujer que logrará
engendrar un hijo para él y además fuera un hombre que pudiera ser el digno
heredero de su reino.
La
acción de la dominación sobre la mujer, sin duda alguna es una acción
comunitaria y una forma que ha provisto de poder a los hombres.
Hay
otro fragmento que explica el efecto del poder: ‘’En el sentido general de poder y, por tanto, de posibilidad de
imponer la propia voluntad sobre la conducta ajena, la dominación puede
presentarse en las formas más diversas’’
Es
claro que el poder es una cualidad que no cualquiera puede tener, pues la
fuerza y responsabilidad que conlleva es
difícil de controlar, tantos personajes históricos nos ha relatado la historia
que han tenido una inmenso poder, de todo tipo desde poder político hasta
ideológico que no han podido manejarlo sin haberse vuelto locos, odiados y
déspotas. Lo mismo sucede con los hombres y el poder sobre las mujeres, sino
¿De qué modo podría pensarse que un padre case a su hija por la fuerza con un
hombre que le dará a cambio, dinero, terrenos y poder? O una situación muy típica
en varios países tercermundistas, que los hombres maten a sus esposas por un
ataque de celos enfermizos y que después los homicidas argumenten que fue por
un incontrolable ataque de ira o por equivocación por que se encontraban muy
ebrios. ¿Cómo es posible tal magnitud de insensibilidad humana?
Ahondando
más en la cuestión feminista usaremos la siguiente cita: ‘’Como ha ocurrido eventualmente, se pueden, por ejemplo, concebir los
derechos que se conceden a uno o contra otros como una facultad de dar órdenes
al deudor y, por lo tanto, se puede concebir todo el universo del derecho
privado moderno como una descentralización de la dominación en las manos de los
que están ‘autorizados’ legalmente’’
Respecto
a esto yo plantearía una pregunta a los hombres machistas: ¿Qué o quién les dio
la facultad de la superioridad sobre la mujer? Esta debe ser una pregunta que
seguramente ha resonado una buena
cantidad de veces en las cabezas de muchas mujeres que han pugnado por la
igualdad y la liberación sexual. Como ya se había expuesto en el apartado de
Marianne, algunos argumentos como el de Durkheim pierden validez y lógica al
dejarle todo a lo intangible, invisible
e inexplicable por la ciencia, cuando relegan sus explicaciones básicas a lo
religioso. Pero hay un lado más dramático y doloroso, aquel donde en algunos
países tienen plenamente expuesto en sus leyes el derecho de supremacía del
hombre sobre la mujer, caso más conocido por países del medio oriente y de
religión musulmana.
Lo
anterior sería la dominación vista desde un aspecto macro, pero también hay
opresión de la mujer en sus propias casas, ya sea padres, maridos o hermanos.
Weber lo ilustra así:
‘’Por una parte, la dominación mediante una
constelación de intereses (especialmente mediante situaciones de monopolio);
por otra, mediante la autoridad (poder de mando y deber de obediencia). El tipo
más puro de la primera forma es el dominio monopolizador de un mercado. El tipo
más puro de la última forma es el poder ejercido por el padre de familia, por
el funcionario o por el príncipe’’
Encontré
otro fragmento del escrito de Weber, que me recordó inmediatamente uno de los
preceptos de las feministas de la segunda ola: ‘’Vivimos en un mundo
estructurado por hombres’’ Que quiere
decir que debido a que la mujer estuvo relegada a un segundo plano durante
mucho tiempo del desarrollo de la historia no se hizo participe del mismo y por
eso existen cosas que eran exclusivas para los hombre, los deportes por ejemplo
tanto desde sus inicios romanos como la reinauguración de los olímpicos con
Pierre de Coubertain, dónde la participación de la mujer era mínima o nula,
pero poco a poco se fue diversificando su participación, sin duda ha sido más
difícil lograr tener aceptación en deportes como lucha o futbol americano.
‘’La dominación patriarcal (del paterfamilias,
del jefe del pueblo o del ‘padre de la patria’) no es más que el tipo más puro
de la dominación tradicional’’
Más
adelante Max exhibe el hecho de la autoridad patriarcal dentro de la familia,
según la historia: ‘’Para todos los que
están sometidos a la autoridad familiar, es la convivencia personal, permanente
y específicamente íntima dentro del hogar, con su comunidad de destino externa
e interna. Para la mujer, es la superioridad normal de la energía física y
espiritual del hombre’’
Con
estos pequeños fragmentos de este libro de Weber nos podemos dar cuenta que a
pesar de que no dedicó un estudio completo y profundo al parecer mostraba una
postura neutra frente al movimiento de liberación sexual.
Conclusión.
El
trabajo de Marianne Weber era de suma importancia, tal vez no con la misma fama
que el de su esposo Max Weber, pero sin duda muy trascendental y sin embargo es
un trabajo que está perdido solo al alcance del interés de los curiosos y
feministas.
El
feminismo como tal no debe ser motivo de extremismos y ni conflictos, sino al
contrario de reflexión tanto de hombres como mujeres, lejos de las luchas
sexistas el maltrato, la opresión y subordinación de las mujeres es un hecho
real con el cuál no se ha terminado, la lucha se comenzó hace muchos años atrás
pero aún en este tiempo ‘’moderno’’ existen lugares donde se siguen llevando a
cabo prácticas discriminativas e incluso feminicidios injustificados.
No
es cuestión de superioridad del uno sobre el otro, llegar a caer en posturas
radicales es muy fácil pero paradójicamente es estar en igualdad de
circunstancias. No es un objetivo pasar de un machismo generalizado a un
feminismo generalizado, sino encontrar la igualdad, el equilibrio.
Bibliografía:
1. Zeitlin,
Irving. Ideología y teoría sociológica. Editorial
Amorrortu. 2ª edición. 1ª, reimpresión. Buenos Aires, Argentina. 2006.
2. Gomezjara,
FranciscoA. Sociología. Editorial
Porrúa. 40ª. Edición. México. 2007.
3. Delgado
de Cantú, Gloria. Historia Universal. De
la era de las revoluciones al mundo globalizado. Editorial Pearson. 2ª.
Edición. México. 2006
4. Weber,
Marianne. Biografía de Max Weber. Editorial
Fondo de Cultura Económica. 1ª. Edición. México. 1997
5. Weber,
Max. Economía y Sociedad. Esbozo de
sociología comprensiva. Editorial Fondo de Cultura Económica. Madrid. 2002.
Fuentes
de información electrónicas: